viernes, 7 de noviembre de 2008

Cerdos y Peces

El ser humano, instintivamente es un animal de presa y por ello es ineherente a su naturaleza el miedo. Durante los últimos 50000 años el hombre ha visto como su condición de presa ha cambiado a la de depredador y no gracias a su constitución física sino por su capacidad de trabajo colectivo y cooperado derivado tal vez de su capacidad intelectual y el sentido de análisis de cada situación. Esto lo ha transformado en la cumbre de todo el proceso natural.

Sin embargo, con el pasar de los años, los siglos y los milenios, el hombre se convirtió en su propio depredador y no por una necesidad física como la de calmar el hambre sino por una necesidad tambien intelectual: Poder. Y es que toda esa capacidad de análisis que ha llevado al hombre a ser la punta de la cadena alimenticia es la misma capacidad que está forjando de a poco su inminente desnaturalización y posiblemente y hasta cierto punto su propia extinción.

No son palabras nuevas ni apocalípticas y con ésto no quiero decir que descubrí que el agua moja, solo anoto una vez mas que el hombre es el culpable de sus propios males, cosa que todos sabemos pero de lo que tal vez no somos concientes. Pero bueno, ¿a dónde voy con toda está retahíla previa? simple: Ayer, mientras almorzaba me llegó la noticia de que a un amigo le habían robado su auto. Que mal, fué lo primero que pensé, sin embargo ése pensamiento no fué el único que pasó por mi cabeza y por la de los que comian conmigo, también pasaron pensamientos mucho más violentos y despectivos revelando lo que para mi es la mezcla del miedo: resultado del instinto de conservación de los animales de presa y de la aplicación del poder, que es el reflejo del análisis que llevó al hombre a ser depredador. Entonces, dentro de ésta conversación me encontré con unos fenómenos contemporaneos muy particulares. La segmentación, segregación y la violencia.

Si bien la segmentación se desarrolla de manera natural por medio de la selección en dónde el más fuerte sobrevive para así transmitir sus genes a la siguiente generación con el único fin de mejorar la especie y perpetuarla en el tiempo, el hombre la desarrolla de manera intelectual; y con intelectual no me refiero a que los inteligentes se separan de los brutos, me refiero a la simple capacidad de pensar y analizar que tiene el ser humano y como a partir de su pensamiento clasifica absolutamente todo su entorno y en él a sus semejantes. Y esa clasificación está básicamente derivada de lo que el hombre alcanzó al convertirse en el depredador por excelencia: Poder.

Y ese poder se ha encargado de segmentar de una forma drástica las sociedades (esto tampoco es algo nuevo y todos lo sabemos) y en las sociedades se han forjado grupos divididos por diferentes razones que responden a todo menos a un designio natural, o tal vez si, pero asi aparecieron los grupos religiosos, los grupos económicos, los gremios, las separaciones raciales y sexuales y las clases sociales. Y si bien en si mismas esas clasificaciones no son malas porque es normal que los individuos se junten en segmentos en los que mas allá de ser aceptados se sienten representados o reflejados, si se convierten en problemas cuando chochan entre si y con otras realidades sociales de manera violenta, generalmente por situaciones relativas al poder, sea este económico, politico o religioso, entre otros mas.

Por lo general se culpa de esas segmentaciones sociales entre otras cosas a los Gobiernos por no tener políticas que las contengan pero pienso que es algo que va mucho más allá de una solución política. Es un tema completamente social derivado de lo que nos hizo pasar de ser presas a depredadores. Poder.

Me sorprende y mucho la capacidad destructiva que cultiva el hombre a partir de esas segmentaciones y lo vi claramente reflejado en esa misma conversación del almuerzo dónde además de lamentar el robo del auto de mi amigo, se habló desde implantar penas más severas para los ladrones, desarrollar sistemas de defensa personal y de bienes, hasta planes de limpieza social, avalando incluso el uso de los escuadrones de la muerte. Es algo terrible y es un pensamiento monstruoso, porque significa que las sociedades en vez de recuperar y apoyar condiciones que lleven a la reinserción social de los individuos marginados por la misma sociedad, prefieren cortar con el problema simplemente desapareciendolo u ocultandolo abajo del tapete como hasta ahora ha venido sucediendo sin entender que acciones como esas acarrean reacciones aún más violentas complicando todavía más las cosas.

Sigo pensando que no es un tema netamente gubernamental; es cierto que desde el gobierno se pueden gestar ideas y planes de asistencia social, planes educativos y de salud que ayuden a disminuir los indices de segmentación y segregación pero no tendrán éxito hasta que la sociedad en su conjunto tome conciencia de las diversas situaciones de sus individuos, acepte las diferencias que existen entre cada uno de ellos y sea capaz de solucionarlos de manera pacífica, aplicando su capacidad intelectual para modificar la necesidad de poder por la necesidad de crecer en conjunto, por medio del diálogo y no del miedo y de la aplicación del poder como lo sería por medio de los escuadrones de la muerte y cosas similares. El hombre debe rescatar la esencia que lo llevó de ser presa a depredador; su capacidad de trabajo colectivo y cooperado, multiplicando su capacidad intelectual y analizando en su conjunto cada situación.

Y como suele pasar en este mundo que a veces es demasiado macondiano, resulta que mi amigo, que es un gran despistado, recordó que habia dejado su auto en otro lugar y que en verdad no habia existido el robo; esto más allá de la verguenza que tuvo que soportar con la policia y su aseguradora me dejo pensando, pues en ese momento los que simplemente comentabamos los sucedido en el almuerzo ya habiamos denigrado de una franja en crecimiento de la sociedad e incluso habiamos avalado sistemas brutales para defender la propiedad privada y para ponerle freno a la inseguridad. Ahora me pregunto, ¿si esas palabras del almuerzo hubiesen sido hechos no habriamos cometido una equivocación más en el contexto en el que se desarrollan nuestras sociedades? ¿alguien en la sociedad esta tan limpio e inmaculado como para lanzar la primera piedra? Se bien que no es fácil, pero la sociedad parece estar plagada de cerdos y peces, animales necios y sordos y no por los seres humanos que gracias a su intelecto, al trabajo en equipo, dejaron de ser presas para trascender por encima incluso de ser depredadores.


Daff Schneydher, Noviembre 2008.
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