de La Nueva Granada y la Gran Colombia

No me gusta hablar ni de política ni de religión... son temas que para mi son vetados, no por que no me gusten, sino por no herir susceptibilidades y ganarme tontamente a enemigos. Pero en este momento, en el que todos tienen apuntando su indice al norte de Sur América, puntualmente al país que bien o mal me vio nacer, crecer y que me ofreció la educación y las cosas que me han hecho posible crecer en este mundo, es difícil no hacer un alto en el camino y levantar la mano para decirles a todos que, antes de apuntar, señalar y demás cosas que están pasando, hace falta entender a Colombia y sus motivos y ver bien a sus vecinos y sus intereses... más cuando son tan antagónicos los países involucrados entre si a pesar de haberse gestado en el mismo vientre granadino y de haber convivido como una sola nación sus primeros años de infancia.

Es difícil hablar desde afuera cuando no se conoce bien lo que pasa adentro y menos dentro de un país como Colombia, tan diverso y tan grande. Puede tener un gobierno que nadie afuera de él quiere, pero los de adentro lo apoyan y esa es una realidad que debe ser respetada por los demás países y sus gobiernos y si el pueblo quiere a su gobierno y le da un respaldo tan grande debe ser por algo, los pueblos saben juzgar a sus gobernantes, y solo la historia será quien les de o no la razón más adelante. Colombia puede tener un gobierno que no me gusta, pero no por ello tengo que desconocer que a veces las cosas que pasan no son negligencia, ganas de joder o hechas por peticiones externas... conozco los matices del conflicto interno, los de derecha y los de izquierda y es innegable que ahora más que un nacionalismo herido lo que ha aflorado en la región es un conflicto de intereses que va mucho más allá del respeto institucional por la singularidad de los países involucrados en el conflicto a una búsqueda de protagonismo de unos u otros líderes como cabeza de una postura x en el continente.

Es por esto que en este desorden de ideas, creo que antes de cuestionar un hecho que si bien no comparto, tiene una razón lógica dentro del pueblo colombiano y considero que no se logra nada al cuestionar a los gobiernos, ni se logra nada al sacar a relucir patriotismo o partidismos tendenciosos. En casos como el de está coyuntura andina, es mejor preguntarle a sus pueblos y más al pueblo colombiano el por qué pasan las cosas y si bien no apoyo los métodos usados por el gobierno colombiano para solucionar las cosas, tampoco apoyo el que se desconozca la realidad de un conflicto armado tan complejo y raro como el colombiano y que se opine tan abiertamente cuando solamente han visto y medio entendido la punta del iceberg.

Daff Schneydher. Marzo, 2008

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