El orgullo precede a la caída, es algo tan cierto que creo que luego de tantos golpes al menos parece que al fin lo entiendo, o por lo menos esta vez le presto atención, porque estoy muy golpeado.
Puede sonar ególatra aunque no sea la idea, pero siempre me he considerado un buen consejero, es más, muchas personas acuden a mi por ellos y muchos me los han agradecido y es algo que me llena de orgullo... me gusta ayudar a la gente y eso me hace feliz, eso entre otras cosas claro está, pero luego de notar siempre este detalle, el de los consejos... en mi mente queda rondando la típica frase... "en casa de herrero, azadón de palo". Y ahi comienzan los cuestionamientos... y entonces apelo a la razón, a esa máquina de la que brotan esos consejos maravillosos que cambian al mundo y que de paso controla cada cosa y gesto que hago y digo y que por alguna razón contiene ferreamente a mis emociones... y bueno, ahí, luego de escarbar mucho... por supuesto no la encuentro. (digo, la respuesta)... Bien, paso a la emoción entonces... y ahí solo encuentro reproches... la emoción me dice... "¿de que sirvió ser un buen hijo, haber recibido excelente educación en los mejores colegios y universidad, de que sirvió ser un buen estudiante, tener buenas calificaciones, leer todo lo que caía en sus manos... tener buenos modales, ser buen conversador y ser cortés y caballero... ah y claro haber viajado y conocido el mundo de primera mano?" ¿de que le sirvió ahora cuando se siente solo y miserable?. En lo que lleva de su vida solo alimento a su razón y consideró estúpida y cursi a su emoción, pero ahora... como cuando no puede mas con los sentimientos, sufre y me culpa (dice la emoción) y se cuestiona y hace estupideces y ahí entonces... de que sirvió todo ese cúmulo de cosas en la cabeza si nunca ha sido capaz de aceptar sus emociones y actuar de acuerdo a ellas, si nunca acepto que a veces, si solo se arriesgaba podía tener alguna victoria y no un cumulo de derrotas estancadas en el silencio... o permitir esa forma de perder oportunidades y nunca aceptar lo evidente... dejar que la gente se cansara de esperar y cuando usted se desidia ya era tarde... lo dejaba el tren o simplemente otros la aprovechaban por hacerse el superior... y ni que decir del orgulloso camino de tomar rumbos equivocados y seguir directo al muro y no querer mirar al rededor y dejarse llevar por el miedo a estar solo y embarcarse en cosas tan complicadas y raras que solo usted se las creía, pero claro, es su visión del mundo y si no es asi, no sirve... imbécil, (ahí me abofetea la emoción y dice...) y no es mas que por ese estúpido gusto orgulloso de hacerse el interesante... y todo eso resulta convirtiéndolo en el idiota más grande... y lo peor, esa incapacidad por expresar cosas simples... por eso mismo, por ese orgullo y esa necesidad de hacerse el importante... que imbécil... les da tanta trascendencia y misterio a cosas nimias que cuando se revelan son risibles y queda en ridículo o no se les da la verdadera trascendencia... muchas veces algún simple te quiero... en verdad es patético que pase todo eso.
Al ver esto... digamos, reacciono y me centro. Creo que no tengo desde mi razón alguna forma de responder a esto que dice la emoción, sin embargo, desde la misma razón me puedo excusar diciendo que tengo una personalidad doble y que estoy enloqueciendo si es que ya no estoy loco por la evidencia de tener conversaciones conmigo a este nivel... por lo que me aventuro a diagnosticar que es necesario decidir cual es la mejor conciencia y seguir por esa linea... Luego mi emoción dice... bravo, bravo, siempre con excusas... siempre es lo mismo y se cuelga de ideas tan absurdas que ni usted se las cree... y la razón pregunta... ¿y entonces, que va a hacer si es un cobarde y le teme al rechazo y a la vez a la soledad, o se olvida que por eso es que está donde está?... en verdad la sentencia dejó muda a la emoción y de paso a mi por lo que recordé que también existe un tercer camino, ya lo he discutido conmigo muchas veces y hasta este fin de semana se esbozo en una conversación callejera medio extraña con alguien a quien quiero mucho... es una solución que me dio un amigo... en verdad me la dio porque se la pedí... ya que las otras soluciones que él me daba, o me dio mejor dicho, fueron momentáneas... y aunque me lograron sacar de mi, lo hicieron por lapsos de tiempo relativamente cortos y si bien estuvo bueno no escuchar mi lucha interna... es terrible el volver a ella, porque es como entrar a un campo de batalla. Este camino esta al alcance de mi mano, lo tengo... pero tiene implicaciones tan serias que hacen que mi razón y mi emoción se asusten a la vez y me sea difícil en este momento decir si es esa o no la via, sin embargo está al alcance de mi mano y si, es una posibilidad.
Digamos que luego de acusaciones y golpes entre los implicados (razón y emoción), llegué a una especie de consenso o algo así, lo primero fue decidir el dejarme de pendejeadas... esta bueno, aunque es complicado, porque tanto razón como emoción tienen un carácter fuerte y no será fácil dominarlas a las dos por lo que al menos haré el intento. Lo segundo, es estar abierto a cualquier cosa.. . el mundo es mundo y la gente es gente y confío en que ha de aparecer una oportunidad como caída del cielo y ojalá pronto y tiene que ser clara, evidente, obvia etc... para que me de cuenta y asi agarrarla y tercero, bueno, en verdad no hay un tercero... tal vez sean necesarias las dos anteriores como punto de arranque a una inminente necesidad de cambio que parte desde mi interior, este tercero se puede desarrollar a partir de las otras dos... me parece sensato y se podría cambiar ese terrible estado de desencanto - decepción en el que concuerdan razón y emoción y que es por el que estoy pasando... igual... sigue existiendo ese tercero b, es como una ultima medida, pero tan radical que acabaría con todo y si bien hace unas semanas era la idea principal... digamos que ahora hay un solo ligero cambio de planes... Así que ya está... Oportunidad... preséntate por favor ante mis ojos y dáme la chance de aprovecharte. Es el empujón que necesito para salir del hoyo del río de las brujas... del limbo entre la vida y la muerte... y un intentar ver de nuevo la luz.
Daff Schneydher, Noviembre. 2007
(lo siento, de una u otra forma algo medio poetico - intrascendente tenia que aparecer al final... es mi estilo)
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