No sabía que los Sabios de las Montañas se habían reunido en la aldea, estaba todo preparado de una manera similar que en la fiesta de la primavera, pero esta vez la fiesta es luminosa, no hay rastros de pentagramas ni de sangre derramada y yo no me levanto de entre las tumbas siguiendo muertos, un signo más de que he abandonado el camino del infierno.
Ellos, los sabios están sentados en medio de las grandes piedras del centro, cada uno en relación con una de las estrellas del firmamento. Hablan sobre el amor y sobre el que nosotros podemos ser parte de él cuando lo encontremos y decidamos intentar sostenernos dentro de él, hablan de la preparación para enaltecer los corazones de los ejércitos y de prepararnos para la lucha, no para ganar una guerra, sino para estar atentos y mantener el equilibrio. El bien no existe sin el mal y el mal no existe sin el bien dicen, de vencer uno al otro los llevaría a la autodestrucción por simplemente ser la negación el uno del otro. El bien no existe sin el mal y el mal no existe sin el bien.
Todos estamos sentados al rededor de la fogata que está en medio de la fuente y escuchamos atentamente a los Sabios mientras tomamos la bebida que los Andaquíes nos ofrecen junto con suculentos platos de carnes y setas con verduras y quesos. Este ha sido uno de los momentos más placenteros de mi viaje, este y el encuentro con la Hechicera que en verdad fue mágico y cambio el rumbo de mi destino. Los Sabios nos cuentan de las guerras milenarias y nos cuentan historias increíbles de tiempos que ya pasaron y que solo perduran en las historias que se transmiten por las generaciones donde las vidas fluyen como ríos sutiles a través de las montañas.
"Cuando usted ha visto más allá de usted mismo, puede encontrar la paz de la mente, que lo está esperando allí, Y el tiempo vendrá cuando usted esté listo... la vida fluye y debe dejarse fluir como la llama dentro de usted"
Ahora estoy cansado y me recuesto a descansar apagando mi mente, relájadome y flotando libre sobre el fluir del viento... desde que me encontré con la hechicera siento que no estoy muerto... y mientras siento eso de pronto mis pensamientos brillan en un espacio vació, no pienso pero se que esto tiene que tener un significado... tal vez el amor y la vida pueden ser esta extraña sensación resplandeciendo en mis pensamientos, y por un momento creo que la ignorancia y el odio pueden estar de luto mientras mantenga viva la llama y siga creyendo y escuchando el color de mis sueños que estoy viviendo, jugando al juego de la existencia hasta el fin, de principio a fin, en mi mente miles de soldados marchan en filas eternas junto a tanques de guerra y otras maquinas infernales preparadas solo para la guerra acordonados por sus costados con mariposas de colores cada vez más brillantes que revolotean agitando destellos coloridos hasta que se pierde de vista al ejercito y solo domina la escena un lienzo con miles de colores que se mueven rítmicamente hasta explotar en millones de mágicas visiones.
Abro mis ojos y veo que de la fuente, el agua brota a borbotones y todos corren en círculos a su alrededor en una especie de danza que fluye cono la misma agua de la fuente y las luces de la fuente son encendidas generando un sin fin de figuras acuáticas mezcladas con las siluetas de todos danzando alrededor de la fuente. También un rayo de luces de colores cae del cielo y todos los que estamos ahí somos bañados en esos colores brillantes y radiantes que nos guían a la calle principal mientras comemos bizcochos de una bolsa de papel y a cada paso, el piso se mueve más y más y las personas crecen y se hacen chicas, pero solo un poco, otras personas que comen en el suelo son espantadas por los coches que tirados por caballos cruzan rápidamente. Y de entre los dragones salta un conejo con corbata saltando en medio de los edificios haciendo que el suelo se mueva más y más y cada vez sea más difícil caminar.
Mágicas visiones, siento que vuelvo a tener mis alas, siento que vuelvo a ser un peregrino.
Daff Schneydher, Diciembre, 2007
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