sábado, 21 de julio de 2007

Halcón Peregrino y The Wind

Halcón Peregrino

Esto soy para siempre, uno de los últimos, uno de los sin nombre, de los sin rumbo en su corazón. Esto es para siempre, solo quedan estas líneas que buscan con esfuerzo el sentido de mi perdida vida… pero ¿qué deseo?, ya no vale la pena… ahora solo camino más allá de la lluvia suave y fría que pronto se convierte en nieve, esperando que lo congele todo, incluso mi alma… deseo no seguir soñando… solo quiero seguir caminando lejos, volviendo a la oscuridad, recorriendo un sendero ya conocido todo lleno de ángeles dormidos y flores enredadas entre alambres de púas… llamando al pasado y volviendo a las primeras páginas de mi libro. Separo su recuerdo de mi camino, y trato de buscar el reflejo de mi rostro en este camino eterno, cayendo una y otra vez en mis rodillas, esperando la muerte, bajo esa constelación divina que construyó esta tierra y que se la ofreció a algunos más afortunados que no saben que tienen asegurado un lugar más allá de las estrellas… mientras otros, navegamos bajo su luz, mirando de soslayo al cielo con el corazón en la mano, concientes de estar en las fauces de esa Quimera que resguarda las puertas del infierno… mi infierno.

No hay más unicornios, todo es yermo… y se siente el suave viento frío en este funeral de ensueño… solo espero llenar el sepulcro blanquecino de Horus, como el halcón caído, y reposar sobre ese mármol pulido tan brillante como la cara de esa luna que escribió siempre mi destino revelando únicamente su mirada a través de las nubes y los graznidos de los cuervos.

Ya están abiertas mis venas al veneno, siento el beso de cobras que las saborean con sus lenguas retorcidas en medio de un crepuscular circo de sábanas blancas y mortecinas, cubiertas por las sombras que danzan entre las luces de una catedral lejana y en penumbras… es hora… quiero ir al lugar de nunca jamás.

Pronto caminaré por el cielo, flotando junto a la luna y las estrellas, viendo a la gente desde lejos, durmiendo mientras vuelo, deslizándome suavemente sobre esa media noche azul levantándome muy alto y pasando por encima de ella. Atravesando el mundo, buscando entre las villas rodeadas por árboles milenarios y nadando por el cielo congelado hasta llegar al borde del distante mar oscuro para precipitarme en picada, como el peregrino, para zambullirme en las fauces de Draco y olvidar que tengo alma, esperando que se pierda en ese oscuro océano, junto con mi memoria… aunque mientras caigo siento una última esperanza; caminar de nuevo entre el lienzo lleno de estrellas.
Da igual cual sea el desenlace. Los días me poseen como el frió mismo de la luna, el frío mismo de la muerte… es hora, siento que la eternidad me llama, estoy cansado y quiero terminar con esto, tierra de la belleza, fría y cruel, llena de cantos de fieles que solo reflejan melancolía, solo niños chillando como avecillas en el nido con sus picos abiertos… esperando por el lobo solitario que los libre de sus tormentos.

Siento el viento en mi piel, siento el fuego en mis venas, vuelvo mí mirada a la tierra de los cuervos y los cisnes, sabiendo que caigo en picada, halcón peregrino sin presa, persiguiendo la eternidad en la oscuridad eterna. No hay más esperanza… ya se escondió el niño, se fue la fe, se termino la inocencia, ya no soy más yo. Y esto seré para siempre, lo que siempre fui, un sin nombre, un pensamiento intrascendente, alguien que a pesar de estar no estuvo, un soplo de viento que cruzo veloz sobre las rosas negras en la mañana y que se canso de esperar a la muerte lenta y cubierta de nieve, que fue traicionado por los Ángeles y sus Dioses que nunca sintieron y que siempre voló solitario rasante sobre los árboles secos dibujando extrañas figuras en el cielo, tal vez con manchones de sangre.

La tierra se mueve bajo mis pies, siento un frío sabor, ya llega la tarde amigo Horus, es hora de subir a mi carrosa y zambullirme definitivamente en las tinieblas de la tierra, que venga la muerte, que pronto toque mi puerta.

Daff Schneydher, Julio de 2007

The Wind



No han sido buenos estos últimos días y por eso y por otras razones he descuidado un poco estas paredes blancas, sin embargo, son el respiro de mi alma y me dan un poco de consuelo cuando puedo retomar la escritura. En fin, Este comercial fue ganador de la medalla de oro en Cannes 2007, en verdad es un buen ejemplo de que incluso con cosas sencillas (esto no siempre significa presupuestos chicos) se pueden transmitir las ideas.

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